«En Aragón no existe un Museo de la Ciencia como tal y desde nuestra Asociacion creemos que esta es una situacion que Aragón y Zaragoza en concreto no puede permitir por mas tiempo. Para ello hemos iniciado desde nuestra página web una Iniciativa para la creacion de un Museo de la Ciencia en Zaragoza. En estos momentos estamos intentando darle toda la publicidad posible para conseguir presionar a los políticos (con los que ya hemos tenido conversaciones). Por esta razón le remitimos este mensaje para que dentro de sus posiblidades y medios dé publicidad a dicha propuesta».
Cuenta el Osito que su señor Pez lanzó en Universalia 2003 algunos anzuelos sobre la política y la divulgación científica («El problema más que el desencuentro entre la ciencia y la sociedad es el que los políticos simplemente no se enteran de nada»), a cuento del presidente del Cabildo Gran Canario, José Manuel Soria y su la Ciencia no atrae al turismo (entre otras historias para no dormir).
Lo que me recuerda que Inés Rodríguez Hidalgo, del IAC me apuntilló el otro día que los Museos de la Ciencia también son para albañiles, camareros y asistentes de piso. ¡Por supuesto! Un Museo de la Ciencia no es sólo un centro educativo para gente menuda. Deberían ser, bien gestionados, centros de iniciativas culturales para todos los públicos, dinámicos, amenos, que muestren que la ciencia, la tecnología y (por qué no) las artes y la cultura están mucho más relacionadas de lo que pensamos. Porque un Estado de Derecho, una democracia, no puede labrar su futuro con una sociedad que no entiende su presente.
PD: Mi amigo Félix me da un tironcillo de orejas por no incluir al Kutxaespacio como centro de referencia en España. Espero que me disculpe, tanto él como otros tantos que me habré dejado en el tintero. Sé que hay muchos museos (no solo de ciencia) trabajando muy duro. He nombrado a dos de los que más historia tienen en España y cuyo caso conozco más de cerca, pero ni mucho menos son los únicos que dan caña.
Desde luego, yo estoy absolutamente a favor de que los museos de ciencia jueguen un papel mucho más activo como intermediarios entre la ciencia y la sociedad, no sólo para fomentar el interés por la ciencia en los escolares, también para dar a conocer a adultos y mayores los beneficios del saber científico y de una sociedad basada en el conocimiento.
En ocasiones pienso que la ciencia se aleja cada vez mas de la sociedad (o a la inversa). Se dan por absolutamente ciertos titulares sensacionalistas sobre noticias científicas, construimos argumentos y los defendemos con frases como "porque lo dicen los científicos", sin tener en cuenta que la ciencia no es una cuestión de fé, que se pueden "tocar" nuestros argumentos, se pueden comprobar por uno mismo.
Los museos de ciencia, y los científicos, han de jugar también un papel para la desmitificación de la ciencia. Al fin y al cabo, no creo que sea la verdad absoluta, si no el mejor instrumento que nos hemos inventado para describir y conocer este universo que nos ha tocado vivir.
Tx: Luis Alfonso Gámez ha comentado más de una vez que, cuando salen titulares poco o nada o contrariamente científicos en los medios, lo mejor que podemos hacer es enviar una nota de queja a la redacción, que -al menos en su caso, que es el del diario El Correo- no caen en saco roto.
Por lo demás, no sé si la cultura científica y tecnológica es cada vez menor o mayor, porque habría que estudiar la evolución con perspectiva, pero lo que es cierto es que, al igual que ninguna ciudad se permite el lujo de prescindir del transporte público, los museos, no sólo científicos, son una necesidad real.
No estaría de más que no cayéramos en el error de definir sólo como museos científicos a los centros que han surgido en los últimos años en muchas ciudades españolas.
Hay museos arqueológicos, por ejemplo, que son museos científicos en el sentido de que divulgan y en ellos, además, se hace ciencia.
Por otro lado, puede que haya algún museo de la ciencia -conozco muy pocos y por eso sólo especulo- que se limite a tener los módulos de siempre, y no haga ninguna o casi ninguna actividad divulgativa más. Entonces, calificarlo de museo de la ciencia me parecería injusto.
Más... Considero, como Inés, que la labor de un centro de divulgación es serlo para todos los ciudadanos y que, si no se mojan cuando tienen que hacerlo y escurren el bulto, los museos de la ciencia están haciendo un flaco favor a la sociedad. Los museos de la ciencia están también para saltar a la arena cuando ocurren cosas como el mal de las vacas locas o la histeria de los móviles -magníficos trabajos hicieron en La Coruña-, y lamentablemente no es algo que suelan hacer.
Pero, no me desvío más. Reivindico que se llame museo de la ciencia a todo el que lo sea -haga divulgación activa y/o ciencia- y que se busque otra denominación para el que sea una mera colección de módulos sin más. Sé que puede ser impopular lo que digo, pero, cuando dentro de unos años se considere museo de la ciencia al de atapuerca, alguein deberá explicarnos porque no se ha hecho así con el de Altamira y otros arqueológicos interesantes del resto de España. la ciencia no es sólo la 'ciencia dura'.
Amplió un poco más lo que dice Luis Alfonso (mensaje 3). Pienso que no sólo son museos de la ciencia los de las 'ciencias blandas' sino que también lo son algunos de arte. Por ejemplo, en San Sebastián, en la sala Kubo -una sala de exposiciones fundamentalmente de pintura- organiza talleres donde enseñan a hacer pintura con pigmentos obtenidos de las plantas, teoria de la luz y el color, experimentos con la luz, perspectivas, formas de conseguir efectos de profundidad al margen de la perspectiva, ... y la conferencia inaugural de su próxima exposición -de pintura y escultura- la dará Juan Luis Arsuaga.
Creo que es museo de la ciencia todo aquel que divulgue ciencia, lo que se puede hacer sobre cualquier actividad humana sea ésta tecno-científica o no. Tras la pintura hay mucha ciencia, lo mismo que tras la escultura o la arqueología o la historia o... Detrás de casi cualquier actividad humana hay una ciencia que las explica, las clarifica, ...
Lo importante no son las etiquetas, sino la filosofía de "prohibido no tocar" (y "prohibido no aprender"). Y más aún, de no ser introvertidos y llegar al público allá dónde éste se encuentre: institutos, prensa, radio, televisión...