A través de Escolar llego a una columna en 20minutos escrita por Miguel Ángel Sabadell, donde se relata la historia de un joven adolescente que hace cuatro años dejó en evidencia la tradición religiosa de un pueblo, según la cual los panes bendecidos se convertían en incorruptibles por la gracia divina.
«¿Qué hizo este chaval que se ha ganado un puesto en mi colección de héroes? Nada menos que presentar al premio Luis Freire el trabajo ¿Por qué no se estropea el pan bendito en la fiesta del Padre Eterno de Quintela de Humoso? Jorge colocó trozos de roscas, tanto bendecidas como sin bendecir, en placas de Petri abiertas y sometidas a distintas condiciones de temperatura y humedad.
» Durante dos meses observó y anotó diariamente los cambios en las muestras. Sus conclusiones, terribles, fueron que, a pesar de la tradición, el pan bendecido se comporta igual que el no bendecido, que el crecimiento de hongos depende de la humedad en los dos tipos de pan y que para evitar que los hongos crezcan, el pan debe permanecer en un lugar seco. Ganó el premio».
Ya ven. Sólo faltó un joven con inquietudes y con los mínimos conocimientos necesarios sobre el método científico para demostrar que dicha creencia no era más que fruto de la imaginación. Podríamos decir que en otros tiempos, el pobre muchacho estaría sufriendo en sus carnes las iras de la Inquisición, pero resulta que la historia no terminó del todo bien, dado que, como cuenta Sabadell, «al pobre le regalaron con insultos y promesas de castigos divinos».
Pues por aquí los panes que se reparten el día de San Cayetano, en verdad duran muchísimo.
Incluso las cucarachas y las ratas, si llegan a comerlos, quedan tiesas.
Seguro es la maldición divina por su atrevimiento.
El que está más que contento es el dueño de la droguería del barrio, que en los días previos a la fiesta del santo (y del amasado del pan) vende más ácido bórico que el resto del año...
Elías: Te parece increíble, pero ahí están los hechos. ¿Por qué es una pérdida de tiempo lo que hizo este chaval? Quizás si los científicos pensaran de otra forma, salieran de sus laboratorios de vez en cuando y explicaran cosas como estas, el mundo sería un lugar más racional.
De todas formas, no me habría extrañado que si fuera cierto que duraran más esos panes, pero que tuviera una explicación perfectamente razonable (por ejemplo, usar algún componente especial que actúe como conservante, ser un día especialmente seco habitualmente al principio de una estación especialmente seca... muchas veces, esos supuestos "milagros" no son más que el sedimento dejado por una tradición popular a veces milenaria, y casi siempre precristiana.
Los jóvenes, y más los niños, están poco condicionados: piensan por ellos mismos. Así que luego que vamos creciendo nos envían al colegio ;((((
Como docente, he visto a niños hacer cosas impensadas (que tal vez todos nosotros hicimos o hubiéramos hecho). La lista es larguísima y por ahora sólo les digo que me provoca una tierna sonrisa recordar las pruebas "experimentales" de críos muy críos y no tan críos, y sus peculiares razonamientos.
rvr, lo de los cuerpos embalsamados: no siempre hace falta embalsamar un difunto ¡ni mucho menos que sea santo! para que su cuerpo quede incorrupto. En condiciones del Altiplano, bueno ya sabéis, los cuerpos se momifican naturalmente y hay muchos ejemplos de ello.
En el caso de muertos y sepultados en ataúdes más o menos convencionales, lo que marca la diferencia no es la santidad sino la enfermedad que padeció en vida y su tratamiento. Esto lo dice cualquier médico forense, o empleado de cementerio. Al menos por aquí, cuando vamos a cumplir con el deber de retirar los restos de nuestros familiares de los ataúdes para ser "reducidos" según indica la Ley, los encargados del cementerio se adelantan a uno y nos distraen con papeles y cosas que impiden veamos el estado del cadáver. Que no siempre es un poco de polvo, telas deshilachadas y cabellos: a veces está casi intacto, pues el difunto recibió medicación que le impidió seguir el proceso natural.
Esto nos sucedió cuando fuimos a buscar los restos de Abuelito y Abuelita, ambos en el mismo lugar: Abuelito ya era casi polvo, en cambio Abuelita estaba casi intacta.
Y creo que de santa, nada. Ni siquiera se nos ocurrió declarar que era milagro. El médico forense nos lo explicó.
Es un tema algo duro, por cierto, pero es racional. Y está en los libros.
De eso no se habla, claro, al menos por aquí.
Bueno, uf...era eso. Que sí hay conocimientos, que están al alcance del lego, pero que...no siempre estamos dispuestos a oírlos, salvo en casos como éste.
JAJAJA Que historia más buena!! JAJAJA Tal vez deberiamos analizar las cosas de esta forma para desenmascarar muchas de las mentiras con las que nos educan o educaron ;-)