Como todos sabrán, el pasado sábado fue el Día Internacional de la Mujer (lo de trabajadora, todavía, viene de serie). En Barrapunto publicamos una nota de felicitación, en la que se plantea un debate a momentos bastante interesante sobre por qué hay tan pocas mujeres metidas en la informática y si es una cuestión más cultural que biológica o viceversa.
En el Blogómetro de hoy he encontrado dosreferencias a Sin género de dudas, que se autodescribe como una «bitácora especializada en Género y democracia». Entiendo que cuando dicen género hablan del femenino. Su autora es Carmen Castro García, y desde aquí le doy mi enhorabuena por la iniciativa.
La verdad es que en Blogalia no nos podemos quejar de participación femenina, y más bien al contrario: estoy muy orgulloso de la cantidad y calidad de nuestras ilustres blogalas. Sin embargo, aún me parecen pocas. Estoy convencido que las bitácoras son un género literario que a ellas especialmente les debe gustar: fenómeno social, sociable, socializador, en el que las ideas, pero también los sentimientos, tienen el protagonismo.
Por otro lado, la bitácora de Carmen también me sirve como disculpa para insistir en la importancia de Internet como tejedora de redes ciudadanas. Y como contrapunto a esta euforia que parece haberse desatado tanto con las bitácoras como con el papel de Internet en las manifestaciones mundiales del pasado 15 de febrero, les paso un enlace a una reflexión hecha por Dee Hook. Si no te suena su nombre, quizás te suene su invento: VISA. En un correo-e que le remitió a Joi Ito, al hilo del documento de Ito sobre la democracia emergente, Hook afirma que:
«A menos que nuevas culturas sean capaces de visualizar, crear e implementar conscientemente nuevas formas de gobierno (recuerda que eso implica la codificación y regulación de sus nuevas relaciones y valores), las viejas formas de gobierno políticas y corporativas se auto-reafirmarán, penetrarán en la nueva cultura y la cambiarán para los mismos y viejos fines».
Una bitácora siempre será de género femenino y un blog de género masculino, porque el género es aplicable a las palabras, no a los seres humanos. Nosotros nos diferenciamos en dos sexos, no en dos géneros.
Así que ya está bien de confundir churras con merinas, de importar estupideces porque suenen políticamente correctas y de estar orgullosos de ello, en vez de corregirnos. ¿O es que los preclaros científicos admitirían que ahora todo el mundo se pusiera a llamar planetas a las estrellas porque alguien piense que suene más 'in'? Por favor, dejemos de decir disparates.